martes, 10 de febrero de 2015

Intento de acoso y derribo

Que el miedo está cambiando de bando es algo que ya sabíamos todos los ciudadanos de a pie, pero parece ser que ahora también lo están notando los del otro bando: los que eran dueño de la capacidad de infundir miedo. 
elEconomista ha publicado hoy que la Agencia Tributaria ha abierto una inspección contra el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, que podría haber cometido un posible fraude fiscal. 
La gestión que realiza el señor Montoro, titular del Ministerio de Hacienda, es un tanto cuestionable en la medida en que es evidente la doble vara de medir que utiliza, haciéndole ver la posible paja en el ojo ajeno y no los más que evidentes macrocasos de corrupción que afectan a su partido y a otros tantos de la misma condición; y para los que no está tomando las medidas más oportunas y tajantes que podría tomar.
El uso de los instrumentos que la Hacienda Pública pone al servicio de los ciudadanos y del país están siendo utilizados vilmente por el señor Montoro con fines partidistas, a sabiendas de la agenda marcadamente electoral del presente año.
Salgo de dudas, probablemente originadas y viciadas  por mis condicionantes ideológicos, cuando escucho a Federico Jiménez Losantos decir lo que ha dicho:


Empiezan a despertar




Quise atrapar esa nube en el cielo azul y cuando fui a echarle mano, entre mis dedos desapareció. Ya empiezan a prepararse todas las criaturitas para la primavera, arriba y abajo. Cada cual va tomando su posición...

miércoles, 8 de enero de 2014

Fresquete en USA

El llamado vórtice polar que está azotando gran parte de los Estados Unidos está dejando imágenes tan sorprendentes como las siguientes.
La anterior es una imagen aérea de la ciudad de Chicago que pareciera sacada de una película de índole apocalíptica.

sábado, 4 de enero de 2014

Los bancos SÍ dan crédito

Tarjetas de crédito, me refiero. Me gustaría compartir con vosotros mi experiencia con el banco Santander en relación con su "política" de conceder crédito o no a sus clientes. En realidad son dos experiencias, una primera en la que solicitaba financiación para emprender una idea de negocio que tenía bastante desarrollada y una segunda en la que encontrándome tranquilamente en mi casa me llaman por teléfono para ofrecerme una tarjeta de crédito.


Comienzo. Viviendo en Sevilla, después de que me echaran del curro y de terminar muy defraudado con la búsqueda de uno nuevo, decidí fabricármelo yo mismo. ¡Sí!, me hice el valiente y me convertí en emprendedor. En un primer momento, formé parte de un  equipo de trabajo de 4 o 5 personas que conocí a través de una página de anuncios de Internet. Todas ellas muy ambiciosas, pero con ambiciones distintas. Después de varios meses aquello no tenía sentido para mí y me escindí del grupo por sustanciales diferencias. Ellos continúan, creo. 

Por las mismas fechas inicié, yo solito, las negociaciones con una cadena  de tipo franquicia de mucho éxito en España, el resto del mundo y especialmente en Sevilla. Dichas negociaciones llegaron a un punto vital, "los dineros". Por supuesto, había plena disposición a sacar el proyecto para adelante por mi parte y por supuesto por parte de la cadena; pero era la hora de hablar de la financiación del proyecto puesto que para continuar tenía que entregar el canon de entrada. Pintaba muy chungo puesto que, podríamos decir, no tenía prácticamente un duro. Mi esperanza y único aval era el proyecto mismo; que siendo objetivo, era sólido y con unos ratios financieros (como el payback) muy buenos. 

Así que, recorrí TODO Sevilla en busca de financiación. Para no extenderme demasiado solo nombraré las entidades y centros donde estuve: agencia IDEA ( que por cierto, está metida en más de un escándalo), en la CEA, en el edificio CREA, en Suraval, en distintos bancos y en varias sucursales del banco Santander (por ejemplo, la de la Av. de la Constitución y la de Puerta de Jerez). Pues bien, lo que voy a decir a continuación no creo que sorprenda a nadie. En todos los sitios me dijeron más o menos lo mismo: " Es muy buen proyecto/idea pero necesitamos aval/recursos propios".

Esta es, a grosso modo, mi historia de emprendeduría: un pequeño fracaso. Para consolarme me digo a mí mismo que, bueno, no he conseguido lo que quería pero he aprendido y me ha servido como experiencia.
Después de los intentos frustrados de conseguir trabajo, emprender y buscar financiación tuve que regresar al nidito familiar sino quería verme durmiendo bajo el puente de Triana.
Mi única inversión realizable en la que no necesitaba más que el aval de mi padres era continuar/retomar los estudios y en ello estoy.

Y es ahora cuando empieza la segunda "experiencia". Cuando recibo esa llamada telefónica de una chica representando al banco Santander ofreciéndome y casi metiéndome en el bolsillo una tarjeta de crédito, Box Gold, con hasta 1500 €. Yo, como soy muy así, le dije que sí; que me la mandara. Y ella, como si no fuera la única vez que lo había hecho en el día, pasó a leerme (como cual policía americano lee los derechos a un detenido) un montón de bla-bla-bla de condiciones de la tarjeta y del contrato asociado a la misma. Al cabo de unos días recibí la dichosa tarjeta.

Y es a este punto donde quería llegar para hacer ver la doble moral de los bancos españoles, en este caso el banco Santander pero seguro es práctica habitual de otros tantos, y la mentira que profesan muchos políticos aberrantes sobre la concesión de créditos y líneas de financiación a emprendedores. Va uno con un proyecto al que le ha dedicado bastante tiempo, esfuerzo e incluso dinero y aún con alabanzas del propio banco no sueltan un euro. Sin embargo, ese mismo uno y con las mismas condiciones económicas, si no peores, recibe unos meses más tarde una llamada telefónica del mismo banco que le negó financiación para un proyecto que ellos mismos definían como muy bueno para ofrecerle, y vuelo a reiterarlo, por vía telefónica una tarjeta de crédito con 1500 €. ¿Ahora qué?